La guerras púnicas fueron una serie de tres guerras entre Roma y Cartago desde 264 hasta 146 AC. La principal causa de estas guerras era la lucha de interés entre el Imperio Cartaginés ya existente y la emergente República Romana. Los Romanos eran en principio interesados en una expansión en Sicilia (que en aquella época era un crisol cultural), parte de la cual estaba bajo el control cartaginés. Al principio de la primera guerra púnica, Cartago era la potencia dominante del Mediterráneo Occidental, con un amplio imperio marítimo, mientras Roma era una potencia en rápida expansión en Italia, pero que carecía de una potencia naval como la de Cartago. Al final de la tercera guerra, después de más de cien años y la pérdida de miles de soldados por ambas partes, Roma había conquistado el Imperio de Cartago y destruido completamente la ciudad, convirtiéndose en el estado más potente del Mediterráneo Occidental. Roma resultó una potencia mediterránea dominante y una de las ciudades más fuertes de la antigüedad clásica. Las victorias romanas sobre Cartago en estas guerras dieron a Roma un estatus de superioridad que guardaría hasta el siglo 5 DC.